Merzouga es una población muy pequeña de Marruecos, ubicada al sureste del país. Aunque es la parte más famosa de la región de Erg Chebbi, del que hemos hablado anteriormente, lo cierto es que merece la pena echar un vistazo al resto de las zonas para elegir tu favorita. Tanto si vas por cuenta propia, como si forma parte del circuito que has contratado, no dudes en leernos, porque disfrutarás de cada paso que des por Merzouga.
Más allá del desierto
Recorrer los pequeños pueblos que conforman un país es igual que conocer la verdadera esencia de esa región del mundo en la que estamos. Porque conoces a la gente en primera persona, os tratáis de tú, descubres gracias a ellos lugares y parajes secretos, y vives las verdaderas costumbres de la gente del lugar. Convivir con una familia nativa te hace experimentar sensaciones de otras culturas que no te esperabas, por lo que no es lo mismo ir por tu cuenta, que contratar un circuito. Es verdad que de todas formas, estarás en un entorno muy cuidado, y te encontrarás en buenas manos, pero todo depende de la forma en la que quieras vivir estas vacaciones.
La región de Erg Chebbi es muy famosa debido a sus desiertos, que son uno de los paisajes naturales más hermosos que te puedas encontrar. Es por eso que la principal atracción de este lugar es visitar y fotografiar las dunas de Erg Chebbi. Dentro de esta zona, destaca, por ejemplo, el desierto de Merzouga, donde es común ver a los turistas montar en camellos que van atravesando sin ningún problema las dunas de la zona. Si vas por tu cuenta y quieres hacer este tipo de excursiones, pregunta directamente en el pueblo, porque seguro que hay alguien que organice este tipo de cosas. Incluso puede llegar a salirte mucho más barato que si vas en un viaje organizado, porque incluso puedes negociar el precio, y si se te da bien, el arte de regatear, puedes conseguir el paseo en camello de una forma barata.
Lo mejor de todo, además de que es lo más recomendable para tener una experiencia completa, es la de pasar la noche en la haima, pues es todo silencio, calma y quietud. Algo que no encontrarás, ni en las ciudades, ni en las villas, pues aquí no existe ningún sonido, salvo el del viento. Los amaneceres desde estos lugares son de los más increíbles del mundo. Además, convivir con los bereberes también será una experiencia única. Son personas de lo más sociables, con historias que contar, y sobre todo, con mucha cultura que transmitir.
Otra opción es quedarte en la Kasbah Dunes D’Or, un lugar donde refugiarse del calor, y alojarse con varias comodidades de lujo. Eso sí, en un ambiente idílico, aunque desértico. El exotismo lo inunda todo, por lo que pasar ahí una luna de miel es la opción favorita de muchas parejas europeas. Y no es para menos: el sol poniéndose detrás de las dunas, los colores vivos y exóticos, el ambiente, y la música bereber hacen de este sitio un lugar de lo más paradisíaco.
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